COSTA RICA LIMPIA
Green Solutions  Generación Distribuida

La generación eléctrica distribuida: ¿Qué es y por qué nos conviene?

Ing. José Daniel Lara

El mundo avanza hacia la generación distribuida de electricidad (en contraste con el modelo tradicional de generación centralizada). Sin embargo, este concepto es todavía desconocido para una gran mayoría de ciudadanos. El tema ha estado en los medios de comunicación debido a que la producción de electricidad solar mediante un sistema distribuido, por ejemplo en hogares y en pequeñas empresas, enfrenta gran incertidumbre.  Este artículo explica en términos generales, en qué consisten estos sistemas y por qué es importante que sean fortalecidos – no debilitados – en Costa Rica.

La generación de energía eléctrica mediante energía solar bajo un sistema de “generación distribuida” ha acaparado los noticieros. Al país le tomó por sorpresa que el plan piloto del ICE para promover la energía solar fuera descontinuado sin tener claro el siguiente paso. Esto acompañado del inminente atraso a la entrada en vigor del reglamento para el planeamiento, operación y acceso al sistema eléctrico nacional (POASEN) por parte de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, conocida como ARESEP. Esto unido a la falta de interés entre ARESEP y el Ministerio de Ambiente, Energía y Mares (MINAE) por resolver el procedimiento ministerial para gestionar este tipo de sistema de generación de electricidad.

Sin duda, este panorama atropellado envía una señal contradictoria en tiempos en que el país debe justamente hacer la transición hacia un sistema energético que sea adecuado en el largo plazo. Es necesario preguntarse ¿Qué es la generación distribuida y qué implica para Costa Rica?

Desde el punto de vista ciudadano, se puede describir la generación distribuida, como aquellos equipos de generación de electricidad de pequeña escala (por ejemplo, una pequeña empresa que genera energía solar) que están conectados directamente a la red de distribución. Es decir son diferentes del sistema tradicional compuesto de grandes centrales que están conectadas a la red de transmisión y se controlan de forma centralizada.

Estos equipos generadores no convencionales, pueden ser paneles solares pero también sistemas de biomasa, mini-hidroeléctricas y pequeñas instalaciones eólicas, entre otras. Es un modelo de generación que a pesar de no estar limitado a energías renovables, facilita la persecución de las metas de reducción de emisiones e incrementa el uso de fuentes alternativas.

Además, tiene el potencial de aminorar otros problemas actuales de los sistemas de suministro de energía eléctrica centralizados, como la falta de disponibilidad de espacio y recursos para construir nueva infraestructura, la congestión de líneas, y  la aceptación pública de plantas con gran impacto ambiental (Piense por ejemplo en la decreciente aceptación social que enfrentan las grandes represas hidroeléctricas).

Este nuevo modelo facilita que los consumidores finales, por ejemplo, una famila, puedan generar parte de la electricidad que consumen. Por ejemplo, cualquier persona puede cocinar, usar la lavadora, ver televisión o utilizar su computadora con la electricidad generada por los paneles solares en los techos de su hogar que aprovechan los ciclos combinados de calor. De esta manera los consumidores se convierten también en actores activos de la cadena de suministro.

“Este nuevo modelo facilita que los consumidores finales, por ejemplo, una famila, generen parte de la electricidad que consumen”.

Un atributo atractivo y fundamental del paradigma de la generación distribuida es la proximidad: se colocan fuentes de energía a menor escala cerca de la demanda, lo cual tiene impactos en el servicio de distribución. Al generar la energía localmente se puede potencialmente reducir la factura eléctrica individual. Desde el punto global las inversiones y riesgos financieros requeridos para suplir la demanda se pueden redistribuir entre muchos actores pequeños.

También permite que las organizaciones comunitarias se conviertan en dueños de sus fuentes de energía. Esto se puede lograr a través de la creación de micro-redes que suministran las necesidades energéticas a costos reducidos. Esto puede reducir la dependencia de un solo suplidor de electricidad y mediante el uso de las fuentes locales, y esto también puede reducir el riesgo de los precios inconstantes derivados de la generación de electricidad con fuentes más contaminantes, por ejemplo, bunker (esto se conoce como “generación térmica” la cual tienden a aumentar en Costa Rica cuando baja la producción de electricidad procedente de fuentes hidroeléctricas).

Con la generación distribuida el impacto ambiental, siempre presente en la industria de la generación de electricidad, es más manejable con el esquema distribuido ya que son sistemas que producen impactos en menor escala, fomentando la sostenibilidad en todas las dimensiones.

Los avances tecnológicos y la combinación con tecnología de información abren la oportunidad para consolidar y ampliar el significado de acceso a la red de electricidad, permitiendo la participación de más actores que vengan complementar el rol de empresas como el ICE y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz – con una red de distribución eléctrica que ha alcanzado al 99% de la población, potencialmente cada hogar, comercio e industria tiene un espacio para acceder al sistema.

Existen complicaciones técnicas (cuando se alcanzan niveles de penetración muy altos) sin embargo, estamos lejos de llegar a este punto (y si se llegaran esto no sucederá súbitamente). Entre los retos está el incremento en los niveles de tensión o la correlación negativa entre la generación y la demanda. Pero algunos de los retos mencionados en el debate nacional son exagerados, por ejemplo el afirmar que por cada kilovatio instalado en solar se requiere uno kilovatio térmico. O que quienes afirman que el habrá mayor uso de los transformadores. La gran mayoría de los retos técnicos son manejables. Existe suficiente información sobre las experiencias en Europa, Estados Unidos y Canadá como para afrontar los problemas cuando estos se manifiesten. Es vital aprovechar esta oportunidad para insertarnos en el debate global sobre estos temas, universidades y empresas de distribución tienen la capacidad de proponer soluciones y ser protagonistas.

Proyecto Piloto del ICE

El proyecto impulsado por el ICE tenía como meta instalar 10 MW. Ha sido un éxito y esto sin haber requerido los costosos incentivos económicos que se ofrecen en países desarrollados para promover la energía solar. Este caso costarricense es resultado del inmenso potencial de generación y de una población que quiere resolver sus retos energéticos.

Aprovechar las oportunidades que pueden surgir en el campo de la energía solar requiere una reformulación el modelo regulatorio. Entre los cambios más importantes están: ampliar la definición para que esta vaya mas allá del “autoconsumo” y eliminar la cadena burocrática propuesta (por ejemplo, incluye obtener un permiso con el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y unificar el proceso para la entrada en operación directamente en las empresas distribuidoras.

“Hay que ir más allá de nociones de ´autoconsumo´”

Las raíces de la crisis energética nacional son políticas desactualizadas. En los últimos años se han demostrado que el modelo energético de Costa Rica ha pasado de ser pionero a ser arcaico. Reaccionar a los cambios con una lentitud peligrosa. La transición a esquemas distribuidos ya ocurre en otros lugares alrededor del mundo como respuesta a los retos globales del cambio climático y la limitación de recursos. La generación distribuida es apenas una parte de este modelo del futuro inmediato y ya es hora de que sea tomada en serio por las autoridades rectoras y reguladoras.

Lea la biografía de José Daniel Lara aquí.