COSTA RICA LIMPIA
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Ciudades Ticas: ¿Del Suburbio a la “Gentrificación”?

Por Margherita Valle

En este artículo Margherita Valle explica en lenguaje ciudadano que es la gentrificación y por qué es un tema que nos debe importar a los costarricenses.

En los últimos meses han aparecido repentinamente nuevos proyectos inmobiliarios en la capital, moviendo el centro de los intereses edilicios desde los periféricos oeste y este de la GAM a los barrios josefinos del Carmen hacía San Pedro. El por qué de esta nueva mirada hacia el centro de la capital desvela muchas dinámicas que conocer.
 Como ya ha pasado en muchas ciudades del mundo, el fenómeno de la gentrificación tarde o temprano tenía que aparecer también en Costa Rica, en respuesta al ya desgastado modelo de los suburbios. Si bien de primera reconsiderar la expansión descontrolada de la mancha urbana tiene muchos aspectos positivos que nos llevarían a sacar un suspiro, hay que mantenernos alerta.

¿Por qué hablar de gentrificación es necesario desde ya? Este término, original en inglés gentrification, indica todo aquel tipo de trasformación urbana que deriva de intereses inmobiliarios hacia una zona deteriorada, pero con potencial, donde se empiezan a promover edificios no dirigidos a la población original sino a una de alto poder adquisitivo, produciendo un alejamiento de la primera.
El fenómeno nace de la renovación de una zona que, de forma espontánea y no mediada,empieza a rescatar su identidad gracias a nuevos pequeños negocios, tendencialmente ligados a la gastronomía y el diseño, sin olvidar ojalá la presencia de fermento artístico-cultural y edificios patrimoniales. Hasta aquí todo pareciera ser bienvenido, sin embargo en muchos casos esta situación se presta por atraer inversión que, descubriendo el potencial del barrio, decide instalar proyectos que terminan siendo descontextualizados, socialmente y económicamente, de la realidad del barrio.

Este fenómeno internacional ha ido apareciendo conforme que se va difuminando la mecánica del sprawl, de los malls y la atención mediática cae más y más a los centros urbanos despoblados y decadentes. Es fácil confundir la gentrificación con la renovación urbana. Sin embargo para distinguirlas baste identificar oferta y demanda local. Cuando las clases sociales, normalmente populares, se ven forzadas a emigrar de su barrio por el alto coste que empiezan a tener las propiedades de la zona, se instaura una nueva población que poco tiene en común con la identidad originaria del barrio. La oferta en los procesos de gentrificación nunca está dirigida a la demanda local sino a la explotación para una máxima rentabilidad.

¿Quién construye entonces los paisajes urbanos? Sea hacia afuera en la mancha desmedida de condominios de poca densidad, sea hacia adentro en la colonización hiper-densificada de torres de lujo, no se están tomando en cuenta las necesidades de una población que más y más necesita verdadera planificación y participación en la construcción del escenario urbano.

El atractivo de zonas como barrio Otoya, Dent, Escalante está en el gusto retró de sus fachadas, en el encanto de su escala humana que invita a pasear a pié o en bicicleta, en su oferta cultural y gastronómica. Son zonas que sí están abogando a una renovación, pero en término de oferta de vivienda para residentes que ya se identifiquen con este estilo de vida, sin necesidad de que ningún experto en mercadotecnia rediseñe el “life style” del barrio.
Hemos escuchado hablar de que San José es un lienzo en blanco, seguramente esta visión de tabula rasa parezca atractiva para arquitectos que quieren proyectar obras y no resolución de problemas.
Compacidad” es la palabra clave para un urbanismo inclusivo y sostenible, en donde la generación de nuevas viviendas en barrios históricos, tan urgente, debe ir de la mano con la participación ciudadana y con un estudio de la demanda local, que posiblemente, revele ser un público desatendido hasta ahora en el mercado inmobiliario local. Un público atento a la ecología, a los medios de transporte alternativos, que vive nuevas relaciones trabajo-vivienda y prefiere el parque público al rancho condominial, los mercados del agricultor a los supermercados, pasear por tiendas locales a los malls, la ventilación cruzada con ventanas a las grandes fachadas de vidrio que sellan aire acondicionado.

La renovación urbana es una estrategia inteligente para seguir el camino de la sostenibilidad, sin embargo hay que integrar los ciudadanos de forma activa, así como los gobiernos locales en esta posibilidad única que tenemos de volver a San José.

Margherita Valle Pilia es una arquitecta y diseñadora tico-italiana creadora de la Plataforma de Integración Ciudadana PIC la cual le invitamos a visitar aquí.

Foto tomada de aquí.